26 jun 2019

Edwin Mancilla Hess, un hermano ejemplar



Verónica Mancilla hoy tiene 64 años y al momento de la entrevista, se encuentra junto a su hermano Patricio. Conversamos por teléfono, porque ambos están en el campo, al interior de la región de Coquimbo, cerca de Punitaqui. Mientras me habla, mira la foto de su hermano Edwin que, de estar vivo, tendría 66, aunque sólo llegó a los 21. Era estudiante de la Escuela Normal, y le faltaba muy poco para concluir sus estudios en pedagogía.
- Era alto, como de un metro ochenta, de cara larga, blanco, con un ojos pardos- verdosos… pelo castaño. Lo recuerdo como una persona bondadosa, un hombre cariñoso, preocupado y buen mozo. Sí, inteligente. Me llevó a Copiapó a estudiar, porque en Punitaqui no había secundaria y llegábamos hasta octavo básico nomas. También me ayudaba en las tareas y fue mi apoderado. Todo para que yo tuviera un futuro mejor. Fue un hermano ejemplar, de buenos valores -me dice al otro lado del teléfono, cuando un silencio se alarga y me confiesa que le da mucha pena hablar de su hermano, con esa voz temblorosa que acompaña a las lágrimas.
Verónica logró el objetivo, ya que obtuvo su título como secretaria administrativa, en el Instituto Comercial de aquellos años en Copiapó. Hace un esfuerzo para continuar hablando y me cuenta de los años de niñez, en que fueron muy cercanos. Jugaban en familia, cuando el padre durante las tardes reunía a todos sus hijos y debían cantar uno por uno. Edwin interpretaba canciones de “Joselito” o de Sandro. También era cercano a la iglesia católica, así que cada vez que recogían un pajarito muerto u otro animal perdía la vida, él se vestía como sacerdote mientras el resto de los niños hacía un cortejo fúnebre y lo despedían en un solemne funeral que él conducía.
En Copiapó, Verónica lo acompañó a las marchas, a las poblaciones, a sus actividades políticas de tipo público. Conoció el campamento Arnoldo Ríos, donde Edwin trabajó arduamente junto a los vecinos y vecinas que se instalaron en dicho sector.
Patricio recuerda la infancia que vivieron en Punitaqui, donde jugaban a la pelota e intensas partidas de ajedrez. Su hermano estudió en la escuela 16 y fue un alumno con buenas notas, excelente comportamiento, a todas luces un niño normal. A los doce años dejó esta localidad rural rumbo a la Escuela Normal de Copiapó, que en ese tiempo comenzaba su formación desde el sexto de humanidades, es decir el actual séptimo básico.
Ya instalado en su nuevo establecimiento, según evoca Patricio, lo impresionó el profesor Hugo Marín con sus ideales sobre una sociedad distinta y comenzó su tránsito hacia el socialismo. Cuando asumió Salvador Allende Mancilla se dedicó de lleno a la actividad política desde el frente revolucionario y posteriormente, al MIR. Siempre se mantuvo informado y cumpliendo un rol de orientación hacia quienes estaban cerca.
Su amor por el fútbol era un poco menor que el que sentía por la política. Fue dirigente gremial y deportivo, tanto así que muchas de las reuniones del MIR se realizaban cerca de una cancha de fútbol, luego que Edwin terminaba el partido.
- Yo supe que fue secretario del MIR en Copiapó, él  daba los discursos en la plaza, en el estadio dando a conocer las ideas, tenía un programa de radio también, en la escuela se hizo partícipe de algunos programas deportivos. Es decir, estaba muy preocupado de la parte social y también deportiva -recuerda Patricio, quien agrega que impulsó a todos sus hermanos, como también apoyó a su madre.
Patricio compartió con él en la Escuela Normal. Durante años vivieron en el internado. La mayor dificultad que enfrentaban era alimentarse durante el fin de semana, días que no entregaban almuerzo en el lugar, ya que la mayoría de los internos provenientes del valle volvían a sus hogares el fin de semana, posibilidad que ellos no tenían como tampoco parientes en la ciudad. Problema que se solucionó cuando a los hermanos Mancilla les dieron una beca especial.
Edwin fue un seguidor del Colo Colo mientras que Patricio de la U de Chile. También discutían de política, porque Patricio ingresó a la Democracia Cristiana, colectividad que por esos años se ubicaba en la oposición al gobierno de la Unidad Popular. Pero ninguna verdadera pelea que los separara, ya que siempre prevalecía el lazo de hermanos y el respeto.

EL MILITANTE

Sergio Jirón compartía militancia con Edwin. Decidieron arrendar una casa juntos. En realidad, hacía meses que habían dedicado todo su tiempo a la actividad política como dirigentes del MIR, ya que veían venir el golpe y estaban jugándose el todo por el todo. Edwin recibía algo así como un salario por ello, uno cercano a lo que actualmente sería un sueldo mínimo. Jirón, luego de abandonar la universidad, se fue a trabajar a la Enami. Primero arrendaron una casa en pasaje Maipú, en la populosa población Pedro León Gallo y luego en el sector céntrico de la ciudad, en una vivienda de dos pisos. El día del golpe, partieron a casas de seguridad distintas.
Pero antes de eso tenían una vida con mucho en común. Dormían en una pieza con dos camarotes, uno para los invitados. Compartían ropa, comida, la afición de jugar a la pelota y la tarea de disciplinar a los compañeros:
- Era duro, porque otros compañeros se caían “al litro” de vez en cuando y les sancionaban, pero ecuánime, consecuente y muy austero -relata Sergio y continúa evocando su forma de ser- tímido, tenía una capacidad de síntesis muy buena, pero no tenía discurso retórico. En el área emocional, era muy reservado, nunca le conocimos nada oficial… no así como otros niños que eran más entradores, él era muy recatado.
Jirón describe después del golpe esas calles vigiladas por militares con metralletas, donde debían tratar de resistir primero y posteriormente mantenerse con vida sin ser atrapados. Eran tiempos muy duros, con pocos recursos y sin apoyo. A Edwin lo estaban buscando, hasta que lo encontraron a mediados de octubre, refugiado en la casa donde arrendaba Atilio Ugarte. A ambos los detuvieron y posteriormente asesinaron.
-Mire, estaba a punto de ejercer, le faltaba un año cuando le llegó el día fatal, así que no terminó sus estudios – dice su hermano, quien actualmente también está viviendo su etapa de adulto mayor.

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